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Los pueblos se están convirtiendo en destinos turísticos cada vez más populares e interesantes para muchas personas. En nuestro país existen miles de pueblos que desprenden encanto y belleza, muchas veces eclipsados por las ciudades más grandes o los destinos más conocidos.
Sin embargo, la búsqueda de experiencias de viaje únicas y diferentes está atrayendo a muchos turistas, tanto españoles como extranjeros, a descubrir estos pueblos. Ya sean grandes o pequeños, de interior, de montaña, de costa, con ruinas históricas, atravesadas por un río o con una gastronomía especial, tiene una amplia gama de variedades para todos los gustos.
En el artículo de hoy te recomendamos un pueblo perfecto para los amantes del mar y del patrimonio natural único. Se trata de Garachico, un municipio situado en las Islas Canarias que, además de ser muy popular, ofrece una experiencia que no te dejará indiferente por diversos motivos. A continuación, nos comunicaremos contigo más sobre este lugar y sus principales atractivos:
Piscinas naturales sobre restos volcánicos
En el archipiélago canario, al norte de Tenerife, nos encontramos con Garachico, una población de menos de 5.000 habitantes cuyo encanto y tranquilidad nos enamora cuando los visitamos. Según la red turística de Garachico, el pueblo «disfruta de un vasto patrimonio histórico-artístico conservado para el disfrute de sus habitantes y visitantes».
Este municipio canario tiene una rica tradición pesquera y permite descubrir la belleza intacta de su arquitectura, su gastronomía y sus especiales playas. En 1994 fue declarado Bien de Interés Cultural por la conservación de su gran patrimonio histórico-artístico.
Garachico cuenta con más de 16 monumentos, 19 edificios religiosos, 6 de arquitectura civil y militar y dos museos: el Espacio de Arte «La Casa de Piedra» y el Museo de Arte Sacro. Pero su mayor atractivo es su riqueza natural.
Además de sus impresionantes playas como El Guincho o Muelle, las piscinas naturales de Garachico son la joya de la corona. Únicas en España y en el mundo, estas zonas de baño quirúrgico derivan de la lava expulsada por el volcán de Trevejo en el siglo XVIII. Cuando la lava entró en contacto con el agua del océano en 1706, se solidificó y formó las formas rocosas resultantes, creando un espectáculo natural impresionante.
Las vistas de La Culata y del Roque son otras maravillosas joyas escondidas en Garachico. Desde estos puntos es posible observar todo el pueblo desde las alturas, pasando por sus edificios y asomándose a los fondos marinos y piscinas naturales. Según la página turística de la localidad, “está completamente aislada de la tierra debido a la erosión marina”, lo que añade un elemento natural a la experiencia de visitar Garachico.
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