“El desgaste ha sido terrible”, admitió Carlo Ancelotti tras una noche en la montaña rusa de Riad. “Joselu, Dani Ceballos, Brahim… El partido lo ganamos por los que han entrado. Tuvimos más energía al final”, aseguró el italiano, que apoyó la moción que dijo en su día Manuel Pellegrini de que en este tipo de torneos no haya prórroga y se vaya directamente a los penaltis.
5
Arrizabalaga, Nacho, Dani Carvajal, Rüdiger, Ferland Mendy (Camavinga, min. 81), Aurelien Tchouameni (Brahim Diaz, min. 81), Federico Valverde (Arda Guler, min. 112), Jude Bellingham, Modric (Kroos, min. 66), Vinicius Junior (Joselu, min. 105) y Rodrygo (Dani Ceballos, min. 105)
3
Oblak, Mario Hermoso, Savic, Giménez, Marcos Llorente (Azpilicueta, min. 105), Samuel Lino (Rodrigo Riquelme, min. 66), Koke (Javi Galán, min. 104), Saúl (Nahuel Molina, min. 66), De Paul (Witsel, min. 90), Griezmann y Morata (Correa, min. 90)
Goles 0-1 min. 6: Mario Hermoso. 1-1 min. 20: Rüdiger. 2-1 min. 29: Ferland Mendy. 2-2 min. 36: Griezmann. 2-3 min. 78: Rüdiger (p.p.). 3-3 min. 84: Dani Carvajal. 4-3 min. 115: Joselu. 5-3 min. 122: Brahim Diaz.
Árbitro Javier Alberola Rojas
Tarjetas amarillas Brahim Diaz (min. 123)
Un triunfo blanco de los refuerzos a los que acudió Carletto sobre la marcha y de los que resistieron a un duelo abrasivo, como Dani Carvajal, que sufrió calambres en el tramo final y acabó con un gol (el 3-3) y un centro clave para el 4-3 que lo peleó Joselu y se lo acabó metiendo Savic en propia puerta. “Con el 3-3, pensé que estaría genial meterle un balón a mi cuñado y que lo metiera”, comentó entre risas el lateral derecho. Centró, lo buscó el delantero, pero el balón lo terminó introduciendo el defensa montenegrino.
Fue un partidazo en la caótica capital saudí que también dejó extraños fogonazos: una sutileza con el exterior de Mendy para marcar, abucheos constantes a Toni Kroos, y un gol y autogol de Antonio Rüdiger.
¿Quién podría en un Real Madrid-Atlético añadir el toque gourmet a una primera parte para ponerle un cuadro? Pues el patilargo Ferland Mendy. Hubo que mirar dos veces al césped para comprobar que semejante sutileza había salido de este tipo de pierna dura —y también físico frágil por las frecuentes lesiones— al que sus compañeros le regalaron un ladrillo en el amigo invisible de su primera temporada en el Madrid como reconocimiento a su contundencia en labores defensivas en Valdebebas. Centró Carvajal y remató con el exterior el lateral izquierdo francés para poner el 2-1. Su posición dentro del área ya extrañó y su resolución dejó a todos pasmados. “Podría decir que era algo preparado, pero la realidad no es así. Me ha sorprendido que estuviera allí”, bromeó Ancelotti. “He mirado al banquillo y he preguntado si de verdad había metido Mendy”, añadió el italiano entre las risas de la sala de prensa.
Mendy es un jugador que a menudo provoca el desconcierto general cuando ataca a través de unas conducciones en las poco a poco se va adentrando en una selva cada vez más poblada. No parece importarle; lo sigue repitiendo. Esta vez, su detalle no fue por exceso, sino por elegancia. Se trató de su sexto gol en su quinta temporada en el club blanco, un lustro en el que se ha pasado la mitad del tiempo en el parte médico. En la necesidad del 3-2 en contra, eso sí, Ancelotti hizo lo que se esperaba: sustituirlo por Camavinga.
Situaciones imprevistas, como escuchar abucheos constantes a Kroos en un campo de fútbol. “No los entiendo. Tampoco Kroos, aunque no he hablado con él”, afirmó Ancelotti. Todo apunta a que la explicación estaba en el orgullo herido del pueblo saudí. En cuanto compareció en el minuto 65, no le dejaron pasar ni una. El anfiteatro no había acudido a la cita de estos dos conjuntos occidentales para estar de miranda. Ya había dejado pitos durante el minuto de silencio por la muerte de Franz Beckenbauer. Y las declaraciones en el pasado del medio germano sobre la marcha de muchos jugadores de Ligas europeas hacia Arabia Saudí no pasaron por alto en la sociedad local. “Vergonzoso”, llegó a escribir el centrocampista cuando Gabri Veiga se marchó allí desde el Celta cuando se daba por hecho que saltaría a una plaza importante como Nápoles. Kroos, un tipo con discurso propio, no se calló y el público se lo recordó.
El melón de la portería
El teutón empezó la noche en el banquillo en beneficio de Modric, este sí aclamado cada vez que la tocaba. “Son decisiones muy, muy, muy complicadas”, concedió Ancelotti. “Kroos solo había entrenado los dos últimos días. Quería meter un jugador fresco. Podía jugar Kroos sin problemas.”, explicó el de Reggiolo.
En portería, el elegido resultó Kepa. La presencia del ex del Chelsea fue una de las noticias del once del italiano, que todavía no se ha decidido entre él y Andriy Lunin. Las buenas actuaciones del ucranio durante la lesión del vasco abrieron un melón que el técnico no ha cerrado pese a que anunció a finales de año que tomaría una decisión a la vuelta de las Navidades. Pero no. Ya avisó de que el elegido para la semifinal no sería necesariamente el ganador de la pugna. El de Ondarroa dejó una actuación para la sospecha por su poca contundencia a la hora de despejar un centro ante la presencia de Morata en el tercero del Atlético. “Su partido ha sido bueno. En los dos primeros goles no ha podido hacer nada. En el tercero, puede ser que le ha molestado el salto de Morata. Para la final, elegiremos”, cerró Ancelotti.
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